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¡Qué divino es escuchar cuando estamos navegando, nuestros ritmos latinos como el merengue, la salsa, la cumbia y tantos otros ritmos sabrosos que nos identifican! Y es que para muchos de nosotros, especialmente cuando vivimos en Estados Unidos, el calor y sabor de nuestra música, nos hace falta y a veces pasan años antes de que podamos dar uno que otro pasito de baile.

"Latin Fiesta" imponen los ritmos latinos en el Norwegian Sky. Foto Gregorio Mayi.
“Latin Fiesta” imponen los ritmos latinos en el Norwegian Sky. Foto Gregorio Mayi.

Por eso, cuando viajamos y especialmente cuando lo hacemos en crucero, estamos listos para bailar y cantar a todo pulmón, en cualquier momento que escuchamos un güiro, una tambora, un acordeón y unas buenas voces. Todo eso lo encontramos casi por casualidad, en un reciente viaje en el Norwegian Sky que tenía como destino principal a La Habana Cuba.
Allí conocimos a José (Freddie) Méndez y Rosamil Molina, dos talentosos y veteranos artistas boricuas, que no solo ponen a bailar a todos los puertorriqueños que van en ese barco de Norwegian Cruise Line, sino a latinos de todas partes, pero también a norteamericanos, que como siempre, caen rendidos ante nuestra alegría y quieren dar su propia versión, especialmente del merengue y la salsa.

Freddie y Rosamil se presentan en varios lugares del barco, especialmente en las noches, y aunque a veces al inicio de las presentaciones no cuentan con tanto público, (hay mucho que hacer temprano en el barco), se corre la voz y sobre todo, los pasajeros que pasan se dejan cautivar por la música, y se quedan sin ir a otros lugares, hasta que ellos terminan su presentación.
Es tanta la buena energía y la simpatía de estos dos músicos, que se conocen en altamar como “Latin Fiesta”, que el breve descanso entre una presentación y otra, el público no los deja mover de allí, momentos que aprovechan para sacarse fotos y compartir anécdotas con los pasajeros.
Estos artistas, con ansias de convertirse en trotamundos, y conocer el mundo navegando, no son novatos. Antes de “embarcarse” en esta aventura, con la que esperan tener la oportunidad de visitar muchos países, Freddie ya tenía una gran trayectoria, como un conocido arreglista, músico y productor musical, que incluye la orquesta “Keme Gusta” en su natal Puerto Rico, y Rosamil, su pareja, también se destacaba como una consumada cantante con una voz intensa, que lo mismo canta de manera espectacular merengue, salsa, asi como baladas y sones cubanos.
Algunas curiosidades y retos con las que se ha encontrado la pareja, son el largo tiempo separado de familiares (aunque ambos ya tienen hijos grandes, Rosamil extraña muchísimo también a su perrita) y el tener que acostumbrarse primero a ser marineros y no músicos. Esto porque como todos los empleados de los barcos, ellos tienen que tener rigurosos entrenamientos de primeros auxilios, de destrezas para casos de emergencia y de normas de seguridad en altamar.
Sin embargo ambos coinciden que llegaron en el momento correcto al barco, justo un día antes del paso del huracán María por Puerto Rico. Freddie fue “picado” por el mosquito de la aventura cuando conoció la historia de una anciana que vivía en un barco, y no en un hogar para retirados, y decidió que llegado el momento, quería hacer lo mismo, sin embargo no tuvo que esperar a eso y un amigo lo contactó con la agencia que recluta los talentos para los cruceros y el resto es historia.
La próxima vez que viaje en el Norwegian Sky (ellos están cumpliendo un contrato de cinco meses hasta febrero de 2018, que esperan sea renovado), búsquelo, lleve zapatos cómodos y como decimos “deje que el ritmo le entre por los pies”. Ah, y si es boricua, está permitido mostrar el orgullo patrio y contágiese por el coro de “Yo soy boricua, pa’ que tú lo sepas”. ¡Está permitido!
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