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Parte de la mercancía en la galería de Romero Britto en el Allure. Foto Gregorio Mayí.

Vuelvo a escribir de Britto y no es que nos hayamos hecho amigos luego de que conociera al famoso artista Pop brasileño en Finlandia, en el 2010. En esa ocasión el nombre ni siquiera me era familiar, y que me perdonen los millones de fans que tiene alrededor del mundo.
El artista se presentó en Finlandia mientras construían el Allure.

Pero Romero Britto fue la estrella invitada para compartir con el grupo de periodistas que viajamos hasta ese país para ver el Allure of the Seas de Royal Caribbean. Ese, que es el barco más grande del mundo, es gemelo del Oasis of the Seas y fue construido en el astillero STX, localizado en el pueblito de Turku, en Finlandia. Desde esa ocasión me cautivó que de estrella solo tenía una gran trayectoria, pero nada de poses y distancias. Lucía un hombre sencillo y afable, y no solo a mí que me causó esa impresión, sino a todos los que lo conocimos.
Lo volví a ver cuando estrenó el Allure, y él igual de sencillo, compartió con cientos de pasajeros que conocían al dedillo su trabajo y que compraron su mercancía con tal pasión que la hicieron agotarse en el viaje inaugural. Allí conocí una buena parte de su obra, tal vez la más comercial, desde los cuadros hasta las famosas carteras, osos en cristal, mariposas, maletas, relojes y accesorios para la casa. En el Allure se estableció su primera galería en altamar, con tanto éxito que ya hay otra en el Freedom of the Seas, pero él es un consagrado artista cuyas obras han recorrido los mejores museos del mundo. Con Royal Caribbean tiene una extensa relación iniciada en el 2003 cuando su trabajo decoró el deck de la piscina del Mariner of the Seas.
El artista define su arte como colorido, esperanzador y entusiasta y dice que le encanta la idea de tener una galería en los barcos, ya que así su trabajo no queda estático sino que viaja alrededor del mundo. Se declara viajero empedernido aunque dijo que nunca ha roto los lazos con su natal Brasil, lugar que ama profundamente y que nunca ha dejado de visitar.
Al preguntarle cómo se describe, dice que es un optimista que le gusta hablar de soluciones y no de problemas y que con su arte busca crear un
Firmando su mercancía en el Allure. Foto Gregorio Mayí.

lenguaje universal. Dijo que es un admirador de Pablo Picasso y Matisse, entre otros maestros y que el artista brasileño Francisco Brennand ha sido el más influyente en su carrera.
Considerado por muchos un genio contemporáneo, Britto nació en Recife, en el noreste del país sudamericano. Empezó a pintar desde muy pequeño pero a los 20 años se dio cuenta que podía vivir del arte y no solo lo ha logrado, sino que ha ayudado a miles de personas a través de sus obras caritativas, que son numerosas. La campaña que hizo para ‘Absolute Vodka’ puso su nombre en el mapa mundial, pero considera su mejor obra seis pinturas que hizo para las Naciones Unidas, que fueron usadas para crear millones de sellos de correo.
La fama del artista no se detiene y aunque suena más por su arte, en ocasiones protagoniza otras noticias, como la reciente demanda por la falsificación de su marca en cientos de tiendas en Puerto Rico. Por lo visto habrá Britto para rato por mar y tierra para beneplácito de sus miles de fans.
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