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Foto HAL.

Hoy llegamos a Katakolon, otra ciudad griega, que está construída cerca de las ruinas de la antigua Pheias. Aprovechando que no teníamos excursión programa, hice algo que siempre recomiendo aunque sea un día en tus vacaciones: cogerlo suave, sin prisa. Por eso, nos levantamos un poco más tarde, desayunos con calma, y entonces bajamos al pueblo.
Allí tomamos un taxi del puerto que por 90 euros nos llevaría hasta Olimpia. En esa ciudad está lo que se conoció hace miles de años como el Santuario de Olimpia, lugar donde además de ceremonias religiosas, empezaron a celebrarse en honor a Zeus, los más ilustres juegos de toda Grecia y el mundo: las Olimpíadas.
Al estar ubicada a unos 40 minutos de Katakolon, el trayecto nos dio
oportunidad de ver la ciudad y las atracciones cercanas. Al llegar a Olimpia, compramos el boleto doble para entrar a las ruinas y ver el Museo Arqueológico (12 euros).
Para muchos viajeros de nuestro barco, en la comparación de estas ruinas con Efeso y la Acropolis, las del Santuario de Olimpia salían perdiendo. Ciertamente no son tan abundantes, y solo se puede ver algunos restos de lugares importantes como el Gimnasio, la Palestra, la Iglesia Bizantina, el Templo de Zeus y la Cripta, que era la entrada oficial del Estadio, pero la visita siempre resulta emocionante porque después de todo te paras justamente donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la historia.
Saliendo de las ruinas caminamos un buen rato curioseando y la ciudad moderna, y luego regresamos a Katakolon, en el mismo taxi que nos trajo. Eso era parte de la negociación, así que el precio puede considerarse módico, sobre todo, porque te permite caminar a tu ritmo y ver las cosas que se te antojen. Así puedes con calma tomar videos, fotos y sentarte si el cansancio de todos estos días de excursiones te ha agobiado. Si quieres algo más económico puedes tomar un autobús desde el puerto hasta Olimpia, (10 euros ida y vuelta por persona), pero tienen horarios fijos que no te permiten escoger la hora de ida o regreso.
En Katakolon seguimos dando vueltas por las tiendas y otra vez, sorprendiéndonos con la calidad de la artesanía griega y los buenos precios. Otra alternativa turística son las playas. Las mejores están al norte, y son Agios Andhreas y Skafidhia.
El otro día era el último de la travesía, así que había que aprovechar al máximo todo lo que el barco ofrecía, ya que por suerte era un día de navegación. Ideal para descansar, resumir y querer impregnar la memoria de los últimos detalles de una travesía de ensueño. Luego te cuento todo lo que puede hacerse en un día de navegación en el Nieuw Amsterdam, es como el cuento de las mil y una opciones, pues hay de todo, pero quiero dar paso en este diario de viaje, a lo que fue el día del desembarque. Busca la narración de la vuelta a Venecia.

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